Queridos viandantes,

El pasado 20 de febrero celebramos todos el duodécimo desayuno, en el puente del mar, junto al VEO. Fue un evento especial, amplificado, y gracias a la colaboración de todos superamos la cifra de 200 asistentes sin perder el espíritu de los 20 inadaptados que nos reunimos por primera vez hace algo más de un año. Y aunque la fiesta por el primer aniversario de los desayunos tuvo lugar en diciembre, estamos de acuerdo en que con la docena hemos alcanzado un techo difícil de superar, y creemos cerrado un ciclo; el primer año de vida de nuestra particular iniciativa.

Sabed pues que tras este último desayuno, tras su insólito volumen, sólo queda lugar para la decadencia.



Las muestras de apoyo, felicitaciones y adhesiones han sido particularmente numerosas. Es nuestro deber trasladaros a todos las enhorabuenas recibidas, aunque su efusividad sea irrepetible.

(Imagen casi real; los personajes que aparecen en ella no son ficticios pero, por otro lado, todavía no tienen relación con los desayunos. Que se sepa Concha Velasco no ha hecho declaraciones al respecto)



No podemos vaticinar las consecuencias de este desayuno, y quizá es pronto para emprender un análisis esclarecedor de los motivos de su masivo éxito. Actualmente las autoridades están demasiado ocupadas en sus actividades falleras, sin embargo estamos seguros de que próximamente se pondrán en contacto con nosotros para emprender juntos el camino de la revolución cívica ya esbozada porque, recordad, I have a dream.

Y si en su inconsciencia no nos llaman, no descartéis que demos un valiente paso adelante, como Joan Laporta, y el nuevo camino de los desayunos nos lleve a la alcaldía de nuestra ciudad. Ya es hora de que todos los ciudadanos disfruten de su derecho a desayunar por fuera de su digno hogar.